14 ago 2011

Las 10 peores excusas para “cortarle las patas”


“Necesito tiempo para mí”: Esta es, sin dudas, una de las mejores ¿Cómo alguien puede necesitar tiempo para uno mismo? ¿Acaso el que tenía lo vendió? ¿Se lo robaron? ¿Lo perdió en una apuesta? ¿Qué clase de excusa barata es esa?
Se supone que todo lo que uno hace es por y para uno, ¿no? Pero bueno, suponiendo que el reclamo tuviese lógica…¿Cómo se aplica el “tiempo para mí”? ¿Acaso uno entra a una máquina del tiempo y contrata una hora “para uno solo”?
“Bueno, son $ 50, deja el celular afuera y metete en aquella burbuja que yo te aviso cuando pasó la hora”. Pasar tiempo con tu pareja, si es que la amas, es dedicarte tiempo a ti, ya que te nutre y te hace feliz.


“Necesito un tiempo”: Pariente cercana de la anterior, esta excusa se lleva el premio a la más vaga de todas, ya que la persona que la usa ni siquiera se toma el trabajo de inventar razones, motivos o causas de separación que tengan el más mínimo sentido. ¿Pero acaso tu pareja es un boomerang? “Mira mi amor, necesito un tiempo. Así vuelvo con todo, ¿entiendes?. Me voy un tiempo para allá y después vuelvo con todo para acá”.
Por favor, entiéndanlo de una vez: nadie te quiere y te pide un tiempo a la vez. Es ridículo, es imposible, es una mentira vil y cobarde. Si te pide un tiempo, es por que realmente te quiere lejos. Y punto.


“Me di cuenta de que somos muy jóvenes para formalizar una relación”: Esta frase sola no tiene validez legal. Pero si a continuación se le aplica “No tengo dudas de que nos vamos a casar, pero ahora no es el momento”, tenemos un caso.
“No, no. Pero me valora. Me ama”. No! No! Y ¡NO!, a ver si lo entiendes de una vez, no te ama, no te valora y encima te está subestimando. Como mucho, le da pena tu cara de budín mojado y no sabe cómo decirte que no te quiere volver a ver en la vida. Y si no me crees, dale un millón de dólares y pregúntale si no es joven para recibirlo. Si no te lo acepta, entonces decía la verdad.


“Tenemos pocas cosas en común”: A veces el ser humano se toma esto de las relaciones muy a pecho: ¿Quién dijo que para ser pareja hay que convertirse en una sola persona?
Las relaciones no son un Mahjong donde uno tiene que descubrir fichas iguales, y mucho menos dos caricaturas en un diario haciendo de “Encuentra las cinco diferencias”. Es cierto que los opuestos se atraen, pero después de la primera noche de sexo, ni bien salen del hotel, se pelean porque uno quiere comer parrilla y el otro es vegetariano.


“No eres tu, soy yo”: Respecto de esta excusa no tengo absolutamente nada para decir, salvo que me gustaría felicitar personalmente al creador. Esta frase es el ancho de espada de una partida de truco, es el “Espejito rebotín”, el “peli no vuelve”; la última palabra de cualquier conversación.
Contra esta frase nadie puede: es irrefutable, indiscutible, absoluta. Nadie ha descubierto aún una respuesta válida que anule este atentado de realidad, pero se comenta que un grupo de científicos franceses sacaron una pulsera para recaudar fondos y combatirla.
El “No eres tu soy yo” es una obra de arte. Es la muerte súbita. No admite respuesta, no te deja pensar, no da lugar a réplica y, ni siquiera, nos deja enojarnos con el otro, que te quiere tan, pero tan poco, que está dispuesto a echarse la culpa de todo lo que salió mal.


“No quiero lastimarte”: No entiendo el fin de esta frase. Si no quieres lastimarme no me dejes, si realmente no quieres lastimarme va a ser mejor que te quedes aunque sientas pena ¿Cómo se evita no lastimar a alguien diciéndole que lo vas a lastimar para no lastimarlo?
Tal vez el motivo más contradictorio del mundo de frases armadas a la hora de dejar una pareja, pero no por eso menos efectiva, ya que son muchas personas las que salen gloriosas de una relación, sintiéndose buenas personas y dejando a la persona abandonada convencida de que la ama tanto, pero tanto, que prefirió correr el riego de perderla antes que herirla. Mentira vil, sin sentido y tonta.


“Me quiero dedicar a lo profesional”: Genial, estoy totalmente de acuerdo, es por eso que te ofrezco que seamos amigos, así los sábados a la noche puedo acompañarte al boliche a trabajar ¿Verdaderamente creen en esta estupidez?
Cuando tenemos al lado a alguien que nos hace bien, nos hace crecer como personas en todos los sentidos, entonces esta frase, podría ser traducida al castellano como: “No sabía qué decirte, recurrí al trabajo porque es el único lugar al que no podés acompañarme”.


“Necesito encontrarme conmigo mismo”: ¿En qué momento de la relación comenzaste a sufrir el síndrome de “Buscando a Wally”?
Si te perdiste, déjame que te ayude a encontrarte, solo tenemos que hacer memoria. Si fue en el colegio, vamos a la caja de “Objetos Perdidos”, si fue en el gimnasio vamos a los guardarropas, y si fue en una noche de locura, mejor que te pierdas para siempre.


“No puedo darte lo que tu necesitas”: ¿Ahora te acordaste? A no ser que le estés pidiendo que te haga una réplica del obelisco y la plante en tu jardín, esta frase debería ser ilegal. Si no puedes darme lo que necesito es porque claramente deberías haber empezado diciendo: “No te amo”.
Nadie necesita más que afecto, compañía y respeto, por ende, si esta teoría es real, espero cruzarte soltero de acá hasta el día de tu muerte, ya que me estás diciendo que no sabés dar lo que cualquier ser humano necesita. No es lo que tu necesitas, es simplemente que no puede dártelo a ti particularmente.


“Mi psicólogo me dijo…” : El mio me dijo que eres una persona bastante tonta, pero no por eso decidí decírtelo. En esta frase no dudo de la buena fe de la persona que la dice, sino más bien de su sano juicio.
Nadie en sus cabales, más que una persona que su conexión con el mundo real penda de un hilo de pizza, es capaz de citar a su psicólogo cual alterego para poder decir lo que siente. Y bueno, está bien, avísame cuando el psicólogo te diga que es tiempo de probar nuevas cosas.


A todas estas, ¿Por qué es tan difícil decir la verdad?. Digan la verdad, que hay un tercero en la relación, ya no sienten lo mismo, y punto, una verdad duele una sola vez, en cambio la mentira duele cada vez que se recuerda...







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